Como Universidad de Tercera División en el concierto internacional calificaba Álvarez Junco a la Universidad española el pasado 2-4-2014 en una Conferencia celebrada en Sevilla sobre «Mito e Historia. España y Cataluña».
Por su parte, Rafael Argullol critica la tendencia general de la Universidad al ensimismamiento, al enclaustramiento, renunciando a la aportación que desde el renacimiento ha hecho a la cultura humanista, a la creación cultural, a los conflictos sociales: «Cada vez más alejado de lo que había significado la gran cultura, ese microcosmos ha elaborado complicadas normas de autopreservación en las que apenas se reconoce el talante intelectual, abierto y crítico, que se halla en la raíz renacentista de la universidad. Dicho de manera brutal: el humanista ha sido arrinconado por el burócrata», dice en el artículo que insertamos más abajo.
De otro lado, el último Informe PISA coloca de nuevo a los adolescentes españoles por debajo de la media de los países de la OCDE en cuanto a habilidades prácticas para resolver situaciones de la vida cotidiana. Antes lo hizo respecto de los conocimientos en matemáticas, ciencias y lectura.
Es necesario un Pacto social y de Estado sobre la educación que aborde las deficiencias que presenta nuestro sistema educativo en comparación con otros países desarrollados y emergentes, que van a lastrar nuestro desarrollo en las próximas décadas si no se aborda este tema en profundidad y escuchando a todos los sectores implicados. La selección del profesorado, su evaluación y motivación, la adecuación de los contenidos a las exigencias del siglo XXI, los métodos y medios docentes que se emplean, la evaluación continua de la calidad de nuestra enseñanza, una mayor implicación de padres y profesores en la educación, el fomento de la lectura entre los jóvenes, la cultura del esfuerzo, son cuestiones, entre otras, que deben debatirse y abordarse por el conjunto de la sociedad, llegando a un consenso entre quienes nos representan, profesores y expertos, lejos de batallas ideológicas que en nada contribuyen al objetivo de alcanzar un sistema educativo de más calidad y nivel y que no esté tan sujeto a los vaivenes de la política partidista.
El papel de la Universidad en relación con la cultura humanista también merece un debate en nuestra sociedad.
Ver en Información complementaria los artículos de Rafael Argullol y José Aguilar.