El jueves 1 de octubre de 2015, a las 19 h., tuvo lugar la presentación del libro de Plácido Fernández-Viagas Bartolomé, «Inquisidores 2.0», en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Sevilla.
Presentó el acto: Laura Gómez Abeja.
Intervinieron: Abraham Barrero Ortega, Mercedes de Pablo Candón y el autor del libro, Plácido Fernández-Viagas.
El libro, de reciente aparición, ha sido editado por Almuzara.
Según el autor nos encontramos ante un giro en la evolución de la sociedad occidental. Ésta se ha desarrollado en los últimos siglos a partir de la afirmación del individuo y sus libertades. El Renacimiento y la Ilustración han sido hitos fundamentales de esta evolución. La razón y la ciencia han posibilitado una revolución científico-técnica que ha producido el progreso y el bienestar del que disfrutamos. Las libertades de pensamiento, expresión e información han sido esenciales para el triunfo de dicha revolución, que requería la libre difusión de las ideas para avanzar. Hoy, sin embargo, la libertad de información y las nuevas formas de comunicación (las redes sociales) se están utilizando de tal forma que la privacidad y el derecho a la intimidad están desapareciendo, y su defensa por parte del Estado es tardía frente a la rapidez de las comunicaciones e impotente para la reparación del daño causado. La invasión de la intimidad conduce a revelar las miserias humanas, el anonimato propicia la difamación y si se lo proponen pueden acabar con la reputación de cualquiera que destaque en la vida pública. En este contexto el individuo, aquel que se eleva por encima de la masa y se muestra diferente puede desaparecer, pues retirarse del foco que ilumina todos los rincones es más seguro. La desaparición de la individualidad llevaría al final de la actual civilización. Paradójicamente las libertades informativas, base de nuestras democracias y nuestro progreso, habrían producido esta consecuencia. Privados de la originalidad reinaría la mediocridad, que nos iguala a todos. El Gran Hermano se habría establecido entre nosotros y nos encontraríamos ante un nuevo totalitarismo, no represivo como los que hemos conocido desde la Inquisición hasta las formas políticas que adoptó en el siglo XX, sino un totalitarismo divertido, vulgar, cotilla y frívolo, aceptado con nuestra conformidad y nuestra resignación ante un pensamiento único. Quien se rebele o discrepe mostraría un síntoma a tratar psiquiátricamente.
El autor realiza en el libro una brillante descripción de la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre la preeminencia de la libertad de información en una sociedad democrática frente a los derechos de la personalidad como el derecho al honor y a la intimidad. Esta jurisprudencia ha inspirado las de los demás países democráticos, pero, dado el contexto actual, ha propiciado también la debilidad en que se encuentran actualmente los derechos de la personalidad, sin los cuales el individuo no puede sobrevivir.
El libro es para el autor una denuncia moral de un estado de cosas del que podemos no ser del todo conscientes. Para los amantes del Derecho y la Filosofía el libro es un estímulo para la reflexión.