Reseña del acontecimiento:
Resumimos aquí el contenido de las intervenciones de los ponentes.
Isidoro Moreno inició su intervención recordando a Tomás Iglesias, uno de los fundadores de la ADD, con el que tuvo gran amistad y relación política, y expresando su satisfacción por la continuidad de la Asociación durante más de 30 años.
El contexto en que se produce el problema de Cataluña es la crisis de la 2ª restauración borbónica en que nos encontramos, con problemas similares a los de la crisis del final de la 1ª Restauración (bipartidismo canonizado, clientelismo, corrupción, desafección de la política, crisis de legitimidad de los representantes, etc.). A esta crisis del sistema político hay que añadir la crisis global económica, social, cultural y moral en que estamos inmersos.
Pero en las grandes crisis también se producen las grandes transformaciones.
Hay que distinguir entre Nación (hecho cultural) y Estado (hecho de poder), que no siempre coinciden. De hecho la mayor parte de los Estados son plurinacionales. También encontramos grupos nacionales divididos en más de un Estado.
Las naciones culturales (pueblos asentados en un territorio durante mucho tiempo) se plantean ser naciones políticas para sobrevivir, en tanto que los Estados pueden aparecer (Finlandia, Bélgica, Chekia-Eslovaquia) o desaparecer (Yugoslavia, URSS). Nación y Estado son realidades distintas y los Estados tienen mucho que ver con los encajes posibles y con la voluntad de encajar de los ciudadanos.
España se constituyó como “Estado uninacional” en la transición del Antiguo al Nuevo Régimen, a finales del siglo XVIII, con una clara intención homogeneizadora, llevada a cabo a través de la escuela y también de forma coactiva, a la vez que se falseaba la historia. ¡No existe una historia medieval de España, ni una historia única, como nos enseñaron en la escuela!
Hay dos modelos de Estados Nación según se corresponda la centralidad política con la económica o no. En España no se correspondían y ese ha sido el elemento catalizador de los movimientos nacionalistas en el siglo XIX bajo la pauta de las burguesías “nacionales” de determinados territorios más avanzados económicamente.
En las crisis es normal que se activen las identidades nacionales. Ya en 1919 el Manifiesto de Córdoba de Blas Infante criticaba el centralismo que ahogaba las aspiraciones de Cataluña y Vasconia.
La reivindicación del derecho a decidir surge cuando objetiva o subjetivamente ven que no se les deja autogobernarse. La Sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 dio lugar a un profundo malestar en Cataluña y fue vista por la ciudadanía, que se había pronunciado en Referéndum a favor de una propuesta de reforma de su Estatuto, como una agresión. También hay un alto grado de oportunismo en algunos dirigentes al tomar la bandera independentista. Pero eso no descalifica el derecho a decidir, en el que Isidoro Moreno dijo creer. La afirmación de este derecho no quiere decir que haya que ejercerlo en una sola dirección pues hay varias opciones: independencia, estructura confederal, etc., como también hay muchos modelos de federalismo. No cree en una propuesta de federalismo que se plantea desde el “centro” como un intento de bloquear las aspiraciones nacionalistas.
Xavier Coller planteó un escenario hipotético: en septiembre de 2014, en el tercer centenario de la derrota de las tropas catalanas (1714 es una fecha simbólica en Cataluña), se planteará el referéndum de independencia de Cataluña. Veamos las dos posibilidades: que no haya referéndum y que sí lo haya.
– Si no hay consulta aumentará la tensión social en Cataluña y nos meteremos en un bucle; para salir de él se buscará un nuevo acuerdo de financiación, pero este acuerdo será un parche, no será una solución definitiva. La independencia volvería a plantearse pasado algún tiempo. Parte del electorado de CIU seguirá yéndose a ERC, que no hay que olvidar que es un partido bastante ingobernable.
– Si se convoca esa consulta hay muchos problemas que resolver: ¿qué pregunta se hace, cuáles son las circunscripciones para el voto, qué mayoría se requiere para aprobar la independencia (¿2/3, ¾?), será reversible la decisión o se repetirá la consulta hasta que salga el sí a la independencia?
Diversos sondeos dan resultados distintos en la posible consulta. Metroscopia da un 46 % a favor de la independencia y un 42 % en contra. Otras encuestas dan resultados inversos.
Los resultados de las últimas elecciones dan 74 escaños (54,8 %) a favor de la independencia y 61 escaños (45,2 %) en contra. Téngase en cuenta que en CIU el 91 % está hoy a favor de la independencia, en ERC el 100 % y en el PSC el 9 % de sus parlamentarios.
El Teorema de Thomas (William I. Thomas, sociólogo estadounidense, 1863-1947) se enuncia así: “Si las personas definen las situaciones como reales, estas son reales en sus consecuencias”.
(Thomas analizó cómo los grupos tienen la capacidad de convertir en reales las situaciones sociales que suponen como tales; las impresiones subjetivas se proyectan en la realidad, y de ese modo llegan a ser verdaderas para quienes las proyectan. El resultado es una profecía autocumplida. Nota de ADD).
Este Teorema puede ayudarnos a entender por qué se ha llegado a este punto en Cataluña.
Las naciones son hechos sociales construidos (teoría constructivista).
En Cataluña desde los años 90 se actúa “como si” España no existiera y Cataluña fuera ya independiente. España ha dejado de ser el referente de los políticos que han dirigido Cataluña en estos últimos 20 años. Este “como si” se ha trasladado a la población, llegando a la consecuencia asumida de que España es prescindible y Cataluña puede vivir como país independiente. Hace unos años los medios vieron como algo “extraordinario” que unos cuantos miles de catalanes celebraran la victoria de la selección española en el Mundial de fútbol. Esto refleja el estado de la cuestión.
Otro fenómeno es el de la “encapsulación”. Consiste en dar por descontado que Cataluña es una nación, articulada a través de un idioma, el catalán, que se encuentra amenazado y que hay que defender en los medios de comunicación, en la escuela, en todos los ámbitos y desde el poder político. Se atribuyen derechos a la tribu, no a los ciudadanos. El sujeto de derechos es el territorio, “el pueblo de Cataluña”.
Esta encapsulación en el grupo lleva a ocultar la diversidad de opciones que hay en una sociedad plural y compleja compuesta por individuos. Así los ciudadanos acaban callándose frente al grupo hegemónico que ha impuesto una imagen de homogeneidad.
Al “como si” y a la “encapsulación” se añade el factor del “agravio” continuo.
Como consecuencia cada vez hay menos apego al Estado en general, con lo que éste se resquebraja y los deseos de cambio aumentan. Cada vez hay más ciudadanos que construyen su identidad en el polo catalán y con aversión al Estado. Esto se da con más intensidad aún en las élites. En las élites políticas el porcentaje a favor de la independencia es del 79 % mientras que en la ciudadanía es del 55 %.
La conclusión de esta construcción es: “hay que romper para poder sobrevivir”. La salida es “ser un Estado dentro de la Unión Europea”. Esto no es verdad, pero se vende así.
Mi conclusión es que si hubiera hoy un referéndum es muy probable que ganase la independencia. Es un sentimiento que crece y que está alentado desde las instituciones. Se han creado desde hace años las condiciones para que España desaparezca, para que la presencia de España sea laminada. La supresión de las corridas de toros es una manifestación de esto, nada tiene que ver con la defensa de los animales pues en pueblos de Cataluña se mantienen fiestas en las que se da un trato cruel a los toros, que nadie ha cuestionado. Se cuestionan las corridas como un elemento de “lo español”.
Tanta gente actuando “como si” llevará a que al final Cataluña será independiente, salvo que haya un Pacto de financiación que tendrá efectos durante 5 o 10 años y luego se volverá al mismo escenario, pero con un importante trasvase de votos de CIU a ERC en el camino.
Javier Pérez Royo, también recordó a Tomás Iglesias. “Tomás, del que fui profesor, era peleón y le hubiera encantado vivir y sufrir este momento que estamos viviendo, y ver cómo la Asociación que fundó con otros sigue viva”.
El tema tiene muchas perspectivas. Intentaré hacer una exposición que resulte útil.
El debate gira en torno al “derecho a decidir”. Este es el derecho constitutivo de la democracia y por este derecho los ciudadanos eligen a sus representantes. En democracia nadie está privado del derecho a decidir. Por tanto, cuando se utiliza esta expresión se está utilizando de forma incorrecta. Los ciudadanos ejercen su derecho a decidir continuamente en igualdad de condiciones con los demás, en los municipios, las autonomías y las elecciones generales. Por tanto, no se trata de reconocer o ejercer el derecho a decidir. Ya está reconocido y se viene ejerciendo. Si se aceptase ese planteamiento estaríamos aceptando que alguien les priva de ese derecho y que el derecho está de su parte. Esto es ganar la batalla de antemano, pero con un planteamiento falso que no es aceptable en democracia.
En realidad se está hablando no de un derecho sino del marco jurídico de ejercicio del derecho a decidir. El marco existe en la Constitución española y en ese marco se viene ejerciendo permanentemente el derecho y en condiciones de igualdad. De hecho estamos ya en la décima legislatura. Entonces lo que se pretende es modificar el marco jurídico. Este planteamiento sí se puede aceptar democráticamente, pero no el otro. Díganlo así y no digan que alguien les priva del derecho a decidir. Este es el tema y es un problema muy importante. El único tema constitucional por el que la gente se mata es éste (Guerra de Secesión en USA, Yugoslavia). Es un problema endiablado.
Creo que Cataluña no va a ser independiente, pero hace 5 años no habría imaginado el escenario que se ha planteado ahora.
Jurídicamente el tema está resuelto, en la Constitución no cabe siquiera hacer la consulta, como ocurre en la mayoría de los países. El artículo 2 de la Constitución es clarísimo:
Artículo 2. [Unidad y autonomía]
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
Presupuesto y límite de la autonomía es la unidad política del Estado. Esta es la posición jurídica de 1978. No debe olvidarse que CIU aprobó la Constitución, y que fue aprobada en Cataluña con más votos que en Madrid.
Pero hoy la realidad política es muy distinta. Desde la reforma del Estatuto de Cataluña la situación ha cambiado como se ha visto en las manifestaciones de 2010 y 2011 (Diada de septiembre). En 2010 los votos se concentraron en CIU y ahora ha habido un trasvase de CIU a ERC, pero el voto nacionalista es hoy mayoritario. La suma de CIU y ERC es la misma, mayoría nacionalista, aunque se haya producido ese trasvase.
¿Tiene esta situación consistencia para convertirse en un proceso independentista? La sociedad catalana se está enfrentando ya a este tema, que es muy difícil y que se plantea en un momento de deshilachamiento del sistema político catalán y también del español. Si se llegara a plantear el referéndum habría un debate sobre lo que significa la independencia en la práctica.
Es muy interesante el Informe que se ha elaborado en el Reino Unido sobre “Las implicaciones de la independencia de Escocia”. Revela que el coste de la independencia es tremendo desde todos los puntos de vista, tanto para el que se separa como para el resto del Estado. Y el que se separa se queda fuera de todo, de la Unión Europea y de todos los organismos y tratados internacionales.
La posición del Reino Unido es ésta: yo no negocio condiciones previamente, hagan Uds. el referéndum y afronten las consecuencias. Después de votar la independencia tendrán Uds. que negociar todo con el Estado, y lo harán desde fuera, pidiendo la entrada en la U.E., y pidiendo negociar los Tratados de los que se han quedado fuera, etc.
Es la posición más inteligente. No podemos quedarnos solamente en decir que constitucionalmente no es legal esa consulta, pues esa posición generará más tensión social.
En España el problema debería plantearse en estos términos, con una información adecuada a los ciudadanos de las consecuencias que tendría la independencia. Si se hiciera así, con una ciudadanía bien informada, no creo que en Cataluña saldría una mayoría independentista. Hasta ahora las encuestas han salido gratis.
Así lo expresó el Tribunal Supremo de Canadá: Québec no es una colonia es una provincia del Estado, que no está privada de ningún derecho y que tiene los mismos derechos que las demás. No tiene derecho a la autodeterminación porque no es una colonia. Ahora bien, si una mayoría clara decide la independencia tendrán que negociar luego con el Estado las condiciones, pues lo que no cabe es marcharse sin más al estilo de Kosovo.
Llegado el caso el tema se podría plantear así: hagan Uds. la consulta, pero sepan las consecuencias de su decisión. Y si a pesar de las consecuencias se quiere tomar la decisión habría que respetarla.
Es muy clarificador el artículo “Los efectos del derecho a decidir”, de Araceli Mangas, que aparece hoy en El Mundo (lo incluimos en la pestaña Documentos).
Hasta aquí un resumen de las intervenciones de los ponentes.
A continuación hubo un turno de preguntas a los ponentes. Estas fueron sus respuestas:
Para Isidoro Moreno la independencia es una ficción y se preguntó si España es hoy independiente (Merkel, Troika). No se debe dramatizar excesivamente este tema, y quizá se haga para crear miedo. La crisis general es determinante en el planteamiento de este tema. Hoy ya se admiten los derechos colectivos además de los individuales. Finalmente citó el artículo que Rubio Llorente publicó en octubre de 2012, en el que planteaba que podría permitirse la consulta. Para confluir te tienen que dejar decidir si quieres confluir.
Xavier Coller dijo que va a haber una reforma constitucional y un nuevo encaje. ¿Por cuánto tiempo? Será un parche. El independentismo tiene su historia y crece, no se plantea ahora porque hay una crisis. Desde luego hay que hablar mucho, pero también hay que considerar que hay problemas irresolubles con los que hay que vivir y este es uno de ellos.
Pérez Royo se remite de nuevo a la Sentencia de Canadá que no reconoce a Quebec el derecho a la autodeterminación (que es lo mismo que el derecho a decidir), pues no es una colonia. Si hay una mayoría clara habrá que negociar de buena fe la independencia. El debate podría plantearse así en España: una pregunta clara y una opinión bien informada sobre las implicaciones de la independencia.
No creo que se vayan a plantear así las cosas, con lo que se producirá una tensión muy fuerte entre el Estado y la Generalitat, con mucha guerra sucia por debajo.
Reseña elaborada por Carlos Carrera Ortiz, 20 de febrero de 2013