Najat El Hachmi no cree que unos terroristas fundamentalistas que se presentan (ahora) como algo más moderados vayan a traer la democracia y el respeto a los derechos de todos en Siria. «Esperaremos a ver si llega de verdad la luz en este oscuro territorio del mundo», dice, aunque anteriores revoluciones y primaveras en países árabes han acabado en nuevas dictaduras. Enlace a su artículo «El terrorista moderado».
Y José Andrés Rojo comenta el libro de Ignacio Gutiérrez de Terán, «Hezbolá. El laberinto de Oriente Medio», que revela «hasta qué punto resulta complejo entender lo que allí sucede», «una zona donde la violencia se ha convertido en el demiurgo que mueve todos los hilos». «Las vías por las que opera el odio con tanta firmeza y determinación son inescrutables». «Es seguramente relevante que al entrar en Dahiye, el feudo de Hezbolá en Beirut, resulte llamativo “apreciar la parafernalia emblemática de mártires, combatientes muyahidines, lemas y consignas coránicas que, junto a la disposición de sus calles y plazas, suscita la impresión en muchos de que eso ‘no es Líbano”. Lo apunta Ignacio Gutierrez de Terán, profesor de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid en su libro». 20-12-2024.
La ilegal entrada de Israel en Siria y su ataque a instalaciones militares del régimen de El Asad y a ciudades sirias, sin que haya sido previamente atacada, revelan su propósito de no permitir en Siria un régimen hostil y tener un papel predominante en Oriente Medio, ahora que sus enemigos han quedado debilitados con la caída del régimen alauí (Hezbolá, Irán, Rusia). También busca compensar la fuerte posición que ha adquirido Turquía con el asalto al poder de los opositores sirios. EE.UU. y Europa podrían ayudar al establecimiento de un régimen democrático en Siria, ahora que cientos de miles de sirios refugiados en otros países o desplazados vuelven a su país. Está por ver cómo evolucionan las relaciones entre los grupos opositores sirios y si los islamistas mantienen sus promesas de moderación. 14-10-24.
José Ignacio Torreblanca escribe en El Mundo «Israel es ahora la potencia hegemónica en Oriente Próximo«:
Dice que «Hamas no ha sido destruida, pero ha dejado de representar una amenaza. Irán sale muy débil y vulnerable de su confrontación con Israel, y Rusia ha perdido sus bases y puertos estratégicos en el Mediterráneo. La caída de Asad no solo ha permitido a Israel liquidar cómodamente al ejército sirio, sino debilitar aún más a Hizbulá, que no podrá ser reabastecido por Irán con tanta facilidad. Los líderes de Hamas y Hizbulá han sido liquidados, Asad ha huido a Moscú, Putin ha sido humillado y Trump, al que los palestinos le dan igual pero que quiere que EEUU haga grandes negocios en la región, se sentará en la Casa Blanca el 20 de enero.
Seguramente, Israel firme la paz que quiere, con Arabia Saudí, pero no la que debe, con los palestinos, sin que incluso pueda descartarse que Netanyahu se anexione Cisjordania y deje a Gaza pudrirse. Un Netanyahu que estaba muerto políticamente el 8 de octubre del año pasado por su incapacidad de prevenir los ataques de Hamas, los casos de corrupción y su deriva iliberal ha conseguido que Israel, con 9,7 millones de habitantes, sea ahora la potencia hegemónica de Oriente Próximo». 14-12-2024. Enlace.
Sami Naïr escribe «Una oportunidad para la democracia en Siria«. Dice que Turquía es la gran beneficiaria geoestratégica del cambio de régimen y que ni Turquía ni Israel van a permitir un régimen contrario a sus intereses. «Es, desde luego, prematuro creer en el asentamiento de un modelo democrático tras la marcha del dictador. Aunque el nuevo dirigente prometa restituir el poder a las autoridades civiles (por el momento, nadie sabe lo que esto significa en Siria), es poco probable que esto suceda al estilo de una sesión parlamentaria británica; por el contrario podemos temer un periodo de severos y encadenados enfrentamientos, de luchas intensas entre las distintas facciones, que, en resumidas cuentas, justificarán una solución autoritaria, mayoritariamente acordada, para estabilizar el país. Los ejemplos de Libia y Túnez son un vivo testimonio de esta posible deriva». «Sobran razones para evitar interferir en las decisiones que los sirios tomen entre ellos. Sí es preciso, en cambio, ofrecer a los nuevos dirigentes una firme ayuda que alivie, a corto plazo, el conflicto por los recursos al que tendrán que hacer frente. Es un buen augurio que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se haya pronunciado en este sentido. Es la única manera de brindar una oportunidad a la posible democracia en un país sin experiencia parlamentaria. Y es necesario actuar con urgencia, ya que las latentes fuerzas del caos abundan en Siria. El escenario que queda es, se mire por donde se mire, confuso y muy frágil». 11-12-24. Enlace.
Jesús A. Núñez escribe que «Asombra que El Asad no haya sido capaz de detectar los movimientos de sus opositores —que se armaban ante sus narices y establecían alianzas con líderes de otras etnias y religiones—, pese a contar con una maquinaria informativa y represora tan omnipresente». «Cabe suponer que los rebeldes son los primeros sorprendidos del ritmo de su propio avance, sin necesidad de entrar en combate ante la desaparición del enemigo». «Sería un error pensar que los rebeldes constituyen un grupo cohesionado en torno a una agenda política y a un plan militar perfectamente estructurado. En realidad, cabe identificar al menos a tres actores principales: Hayat Tahrir al Sham (HTS), que lidera Ahmed Husein al Shar (más conocido como Abu Mohamed al Julani); el Ejército Nacional Sirio (ENS) y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)». El autor analiza las distintas pretensiones de cada uno de estos grupos opositores. Enlace a su artículo «Siria, ¿salvación o caos?. 11-12-24.
El enviado especial de Naciones Unidas en Siria pide a Israel que cese sus ataques y movimientos en territorio de Siria.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha asegurado que las tropas israelíes han avanzado 14 kilómetros adentro, fuera de la llamada zona desmilitarizada, y están cada vez más cerca de la capital, Damasco. El ejército de Israel, sin embargo, lo niega y mantiene que su único objetivo es “proteger las fronteras”. Las fuerzas armadas de Israel han asegurado haber destruido alrededor del 70% de las capacidades militares que posee Siria, tras haber atacado unos 320 objetivos en todo el país. Con estas acciones Israel busca debilitar el nuevo régimen que se instaure en Siria, que podría ser un régimen hostil o de corte islamista.
La Coalición Nacional Siria, principal organización opositora, apoyada por Turquía, y Hayat Tahrir al Sham, grupo fundamentalista al frente de la ofensiva, son los actores predominantes de un incierto periodo de transición.
Se produce el traspaso de poderes del gabinete del anterior régimen a un nuevo Ejecutivo. El nuevo Gobierno de transición sirio será liderado por Mohamed el Bashir hasta el 1 de marzo de 2025, según ha anunciado este, hasta ahora primer ministro del Gobierno de Salvación Nacional. Este es el nombre con el que se ha conocido hasta ahora al autoproclamado por los opositores sirios «Estado sirio», ubicado dentro de la zona desmilitarizada de Idlib (norte de Siria), delimitada en 2018 por Moscú y Ankara, en el marco de la guerra civil siria creado desde la ruptura de la oposición siria. Al ser un gobierno no reconocido por ninguna entidad, su territorio era compartido con la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria hasta 2019. Durante los últimos años la organización islamista Tahrir al-Sham (el principal grupo que ha dirigido la ofensiva contra el régimen de El Asad) ha ido imponiendo su control sobre la zona, disputándolo a otros grupos (el Frente Nacional para la Liberación y la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria) cuya retirada de la zona ha exigido con las armas. Al Bashir fue nombrado el pasado enero como jefe del “Gobierno de Salvación”, una administración en Idlib y otras zonas que escapaban al control de Damasco y vinculada al grupo islamista Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que ha encabezado la ofensiva de doce días que acabó con los 24 años de poder de Bashar al Asad junto con el Ejército Nacional Sirio (ENS). Al noreste del país también se encuentran las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), kurdas. 10-12-2024. Enlace.
La coalición insurgente siria liderada por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) e integrada por rebeldes apoyados por Turquía anunciaba este sábado que habían tomado el control de la ciudad Homs. Este domingo, han entrado también en Damasco.
Tras once días de rápida ofensiva los rebeldes sirios, que cuentan con el apoyo de Turquía y Qatar, llegan a Damasco en la madrugada del domingo 8 de diciembre y el presidente Bachar El Asad huye del país y se refugia en Rusia en lo que supone el fin del régimen sirio, trece años después de la primavera árabe de 2011 que no consiguió derrocarle por el apoyo que le prestaron Rusia e Irán.
En esta coyuntura el debilitamiento de los apoyos con que contaba El Asad (Hezbolá, Rusia e Irán) y la falta de motivación y de medios del Ejército sirio han sido aprovechados por las fuerzas rebeldes, que venían preparándose militarmente desde hace años, para tomar el poder, después de apoderarse avanzando desde el norte de ciudades importantes como Alepo, Hama y Homs.
Entre las fuerzas rebeldes están el HTS (la organización islamista suní Hayat Tahrir al Sham), el Ejército Nacional Sirio (ENS) apoyado por Turquía, los kurdos de las FDS (Fuerzas Democráticas de Siria), y, en mucha menor medida, el ISIS.
Desde distintas instancias internacionales como la ONU y la U.E. se hacen llamamientos a que la transición sea pacífica. El régimen de la familia El Asad, criticado como corrupto y dictatorial, ha durado 54 años.
Andrés Mourenza dice en El País que «Ahora Turquía tiene la sartén por el mango, puesto que, según Joya, “ha jugado un importante papel en la victoria”. Ankara ha negado haber dirigido la ofensiva, si bien fuentes gubernamentales han reconocido en privado que estaban al tanto de su preparación y que trataron de evitarla mediando con las otras potencias involucradas en la guerra. Aunque han participado en la ofensiva, los combatientes del ENS —que arma y cuyo salario paga Ankara— no han sido los responsables de la toma de Damasco. El grueso de las operaciones ha corrido a cargo de los salafistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS) un grupo que la ONU incluye en su lista de organizaciones terroristas por sus antiguos lazos con Al Qaeda. Aunque Turquía no mantiene un control directo de este grupo y su influencia sobre él es menor, HTS gobernaba hasta ahora en Idlib y dependía de los suministros llegados desde el vecino territorio turco, así como de la ayuda suministrada por organizaciones humanitarias turcas». 8-12-2024. Enlace.