Con la sesión parlamentaria del 26 de junio, que se considera un «acto equivalente» a una sesión de investidura, comienza la cuenta atrás de ocho semanas para ir a nuevas elecciones en Cataluña si antes del 26 de agosto no ha sido investido como president ningún candidato. Salvador Illa ha pedido más tiempo para armar un acuerdo tripartito con ERC y Comuns, y Puigdemont mantiene también su candidatura, aunque ninguno de los dos cuenta en estos momentos con apoyos suficientes para ser investido. 26-6-2024.
Pedro Sánchez busca el apoyo de ERC a la investidura de Salvador Illa y asume una financiación singular para Cataluña «porque es una comunidad muy importante». ERC responde que quiere la llave de la caja, es decir, algo similar al concierto vasco: que la Generalitat recaude todos los impuestos y abone al Estado el coste de los servicios que este presta a Cataluña. Puigdemont, que parece optar por una repetición electoral si no es investido con la abstención del PSC, critica la propuesta como un chantaje de Sánchez y añade que la financiación de Cataluña es una cuestión de justicia y no una concesión que pueda hacerse a cambio de investir a Illa. Y advierte de que puede poner fin a la legislatura española con los escaños que tiene en el Congreso. La oposición y algunas Comunidades critican lo que consideran dar privilegios a Cataluña y romper el sistema multilateral de financiación autonómica, pendiente de una actualización desde hace años. 18-6-24. Leer más.
Estefanía Molina dice que ERC es ahora un polvorín y que Sánchez y ERC resucitan las viejas polémicas del Estatut sobre el pacto fiscal y la financiación de Cataluña, pero «no convencen en el resto de España, aunque la pregunta es si convencerán con ello a las bases republicanas». Estas están divididas entre apoyar a Illa a cambio de concesiones o ir a nuevas elecciones y volver a la fórmula de la coalición Junts pel Sí, como les propone Junts. Enlace al artículo. 21-6-2024.
El País comenta en su Editorial que «plantear reivindicaciones maximalistas que se saben imposibles de atender de forma realista es optar sin decirlo por la repetición electoral». «El Estatut recoge ya el desarrollo de un consorcio paritario entre la Agencia Estatal de Administración Tributaria y la Agencia Tributaria catalana para la gestión, recaudación, liquidación e inspección de los impuestos del Estado recaudados en Cataluña al margen de los propios de la Generalitat». Un tema aún pendiente de cumplimiento. 22-6-24.
ERC tiene la llave para la investidura de Illa o para ir a nuevas elecciones en Cataluña. Unas nuevas elecciones podrían suponer otro varapalo para ERC, al que los ciudadanos harían responsable de la repetición electoral; además aplazarían el abordaje de los problemas reales acumulados en los últimos años, que requieren de un gobierno con mayoría y capacidad de plantear soluciones. Una dificultad añadida es la grieta que se ha producido en la organización (tras los malos resultados electorales en las elecciones generales, catalanas y europeas) entre los partidarios de una renovación total de la cúpula dirigente (Aragonés, Rovira) y los que quieren continuidad (Junqueras, Rufián, Tardà). Para apoyar la investidura de Illa ERC pone, de entrada, condiciones máximas como tener un concierto económico similar al vasco. Junts critica que se hable de financiación en este ámbito porque quiere protagonizar esa cuestión en el Congreso cuando se hable de los Presupuestos. La permanente batalla entre estos dos partidos es otra dificultad y puede suponer una mayor exigencia por parte de ERC para dar su apoyo a Illa, entrando en el gobierno o dándole un apoyo desde fuera. Como en ocasiones anteriores (como la ley de amnistía) las exigencias de los partidos independentistas ponen al gobierno de Sánchez en los límites del modelo constitucional. En este caso con un tema tan peliagudo como la financiación autonómica, la igualdad y la solidaridad interterritorial, que harán valer la oposición y las demás Comunidades Autónomas. La legislatura en España también depende de los partidos independentistas y, por ello, mientras no se despeje la investidura en Cataluña, y, luego, los presupuestos del Estado para 2025, seguirá en la incertidumbre y al ralentí. 20-6-24.
Arranca la legislatura en Cataluña con un acuerdo de los tres partidos independentistas (Junts, ERC y CUP) para hacer a Josep Rull presidente del parlament y conseguir mayoría (4 de 7) en la Mesa del Parlament. Un resultado que contrasta con los resultados de las últimas elecciones (12 de mayo), en que el independentismo no logró mayoría en la Cámara. 10-6-2024.
La Mesa de Edad permitió el voto de Carles Puigdemont y Lluís Puig, que permanecen fuera de España para evitar la acción de la justicia, pese a lo establecido por el reglamento de la Cámara y por el Tribunal Constitucional.
A la vez entra en vigor el 11 de junio la ley de amnistía. Los jueces tienen dos meses para aplicarla.
Màrius Carol escribe «Nada justifica volver a votar«, es decir, una repetición electoral, menos aún después de los resultados de las europeas en Cataluña que han dejado a Junts con un solo europarlamentario (tenía tres). Y se pregunta, refiriéndose a Junts y Puigdemont: «¿No habrá llegado el momento de retirarse al rincón de pensar, hacer una profunda autocrítica y dejar gobernar al político más votado? 11-6-24.
Jordi Juan dice que «en Catalunya, el voto independentista ha seguido su tendencia a la desmovilización. Ello ha permitido una victoria del PSC aún más clara que en las catalanas. Respecto al 2019, socialistas y populares han crecido ocho puntos; Junts ha caído diez puntos, y ERC, seis. Un dato significativo es que los republicanos, dentro de su caída, han detenido la hemorragia de votos al mejorar dos puntos respecto a las elecciones al Parlament».