La invasión rusa de Ucrania, iniciada el jueves 24 de febrero de 2022 con el objetivo de acabar con este país como Estado soberano e independiente y convertirlo en satélite de Rusia, forma parte del delirante proyecto expansionista de Putin de recuperar la Gran Rusia sometiendo a los países que en su día formaron parte de la URSS y de su esfera de influencia. Este dictador criminal pretende volver a los inicios del siglo XX y no ha dudado a la hora de cometer una clara violación de la legalidad internacional que condenamos. La agresión supone también un ataque a Europa y a las democracias, que Putin viene intentando desestabilizar.
Condenamos igualmente los crímenes de guerra que se están cometiendo con bombardeos intencionados a hospitales, escuelas y edificios civiles, que están provocando miles de muertos, destrucción de infraestructuras, ciudades y viviendas, y desplazamientos masivos que son intolerables en pleno siglo XXI.
La comunidad internacional no puede dejar impunes estos delitos. Somos conscientes de las dificultades existentes para perseguir a Putin, ya que Rusia y Ucrania no han ratificado el Estatuto de Roma que creó el Tribunal Penal Internacional (TPI), y, además, Rusia tiene derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, una institución que es imprescindible reformar para eliminar este privilegio del que disponen sus miembros permanentes. Con su veto impediría igualmente la creación de un tribunal especial para enjuiciar esta agresión.
Ucrania ha presentado una demanda ante el Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas (TIJ), pero, aunque este órgano dicte las medidas cautelares solicitadas para que cese la agresión, sus decisiones, vinculantes para ambas partes, no pueden llevarse a cumplimiento, y al no tratarse de un tribunal penal no puede sentar en el banquillo a Putin y su equipo.
Todo ello no ha impedido que la fiscalía del TPI ya esté investigando sobre el terreno, a petición de varios países miembros del tribunal, si se han cometido en Ucrania crímenes de guerra y contra la humanidad, aunque esta investigación y un eventual proceso llevarán tiempo y requerirán que los responsables de estos crímenes sean detenidos. En cualquier caso, apoyamos esta actuación que vemos necesaria desde el punto de vista moral, jurídico y político.
La Asamblea General de Naciones Unidas, por su parte, ha aprobado el pasado 2 de marzo una resolución de condena de la invasión (por 141 votos a favor, 5 en contra y 35 abstenciones), que insta a Rusia a retirarse inmediatamente y sin condiciones de Ucrania, revelando el aislamiento internacional de Putin.
Esperamos que las sanciones económicas aplicadas a Rusia sirvan para debilitar la posición de Putin en su país y le obliguen a retroceder en sus planes, y pedimos que se evite por todos los medios que la guerra de Ucrania de paso a la 3ª guerra mundial.
Sevilla, 12 de marzo de 2022
Asociación Derecho y Democracia