Cientos de miles de personas se manifiestan en las calles de España por la igualdad.
La brecha salarial y en las pensiones, el techo de cristal (la mayor parte de los puestos directivos e institucionales sigue en manos de los hombres, la maternidad como impedimento en muchos casos), la discriminación en el ámbito laboral, el acoso y la violencia de género, el desigual reparto de las tareas en la familia y el hogar, la publicidad sexista, el micromachismo presente en el lenguaje y los comportamientos, etc., son algunas manifestaciones del camino que queda aún por recorrer para lograr la igualdad real entre mujeres y hombres, uno de los grandes objetivos de este siglo en el que hay que culminar los avances logrados en esta materia en los últimos cien años.
Contra esta situación de desigualdad se manifestaron e hicieron paros el 8 de marzo de 2018 cientos de miles de personas de toda condición en España, liderando la respuesta que se dio en el resto del mundo, en una jornada que superó todas las expectativas y que quedará en la memoria de todos.
Ahora esta masiva movilización, que ha recordado la del 15M de 2011, tiene que articularse y seguir planteando demandas concretas dirigidas a avanzar hacia ese objetivo, unas demandas que, en muchos casos, deben traducirse en medidas legislativas y en acuerdos en las empresas que todavía no han incorporado planes de igualdad, sin olvidar los cambios que todos tenemos que hacer en nuestras mentalidades, lenguaje y comportamientos.
9-3-2018.
José Aguilar escribe «La revolución de las mujeres«, artículo en el que destaca la importancia de la movilización del 8-3-2018.