El 4 de diciembre de 1977, hace 40 años

El 4 de diciembre de 1977, hace 40 años, las gentes de Andalucía salimos masivamente a las calles para reivindicar la Autonomía plena para Andalucía.

La reivindicación que recorría toda España en la Transición, «Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía», vinculaba la conquista de la democracia y las libertades, tras cuarenta años de dictadura, con el reconocimiento de la autonomía para nacionalidades y regiones. En el caso de Andalucía veíamos, además, la Autonomía como la posibilidad de disponer de instrumentos para salir del subdesarrollo en que vivía postrada secularmente nuestra Comunidad.

Se discutía entonces en el debate de elaboración de la Constitución sobre dos vías de acceso a la autonomía. La primera vía permitía el acceso inmediato a la autonomía a las llamadas «nacionalidades históricas» (Cataluña, País Vasco y Galicia), que habían plebiscitado sus Estatutos de Autonomía en la Segunda República. Las demás Comunidades accederían a la autonomía por una vía más lenta (el artículo 143 de la Constitución), con unas competencias más limitadas ab initio y sin una organización institucional definida en la Constitución.

Las manifestaciones del 4 de diciembre de 1977 y el referéndum del 28 de febrero de 1980 fueron dos hitos históricos para nuestra tierra, que permitieron que Andalucía accediera a la autonomía por la vía del artículo 151 de la Constitución, equiparándose así, después de un proceso complejo en el que superó los rigurosos requisitos que establecía la Constitución para esta vía y los obstáculos que puso el Gobierno de UCD (llamó a la abstención en el referéndum), al nivel de autonomía reconocido a las otras nacionalidades históricas.

El autogobierno ha permitido en estas décadas que Andalucía haya podido hacer oír su voz en los distintos foros de decisión evitando ser una vez más marginada o discriminada, acercar la Administración a los ciudadanos mediante una profunda descentralización y contar con mayores competencias y recursos para mejorar sustancialmente sus infraestructuras, servicios y nivel de vida.

Pero la tarea de convertir Andalucía en una región (ahora la denomina el Estatuto de Autonomía ‘nacionalidad’) desarrollada y próspera en el marco europeo aún debe continuar por mucho tiempo, pues en algunos parámetros (especialmente el desempleo) seguimos estando en el vagón de cola de España y Europa. Andalucía necesita un mayor espíritu emprendedor e innovador, una más intensa creación de empresas y empleo en sectores de alta productividad, potenciar el sector industrial y tecnológico, y la economía del conocimiento (I+D+i), más allá del turismo, la construcción, el comercio y la agroindustria, elevar el nivel educativo de sus niños y jóvenes, y el cultural de todos sus ciudadanos, combatir la pobreza, la precariedad y la exclusión incrementadas con la reciente Recesión económica. La tarea colectiva pendiente es importante y en ella deben confluir los esfuerzos y el compromiso de todos los andaluces, sus asociaciones, sindicatos y fuerzas políticas.  El autogobierno sigue teniendo un papel importante que jugar. Además Andalucía tiene que participar activamente en la reforma de la organización territorial del Estado y de la financiación autonómica que se abordará en el Congreso y con la reforma de la Constitución. 20-11-17.

Asociación Derecho y Democracia

Insertamos abajo artículos sobre la conmemoración del 4D 1977.

 

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