¿Por qué hay algo en lugar de no haber nada? ¿Por qué existimos?
Esta es la cuestión última de la vida, el universo y el Todo, que Stephen Hawking se plantea e intenta responder en su libro “El gran diseño”. Para Hawking las respuestas las da hoy la ciencia y no la filosofía.
Hallar una teoría que explique el Todo, el universo, de manera definitiva, es el ambicioso objetivo que se ha planteado Hawking a lo largo de su vida y que le llevó a revisar las conclusiones a las que había llegado en su libro anterior “Historia del tiempo”. Para Hawking la Física no necesita de un Creador, de Dios, para hallar esa explicación del universo y cree que estamos cerca de contar con esa explicación definitiva.
“Teoría del Todo” es también el título de la película que se proyecta ahora (1-3-2015) en nuestras pantallas y que narra la vida de Hawking desde los años de Universidad, cuando se le detecta la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que acabó con la movilidad de su cuerpo, hasta la separación de su primera esposa Jane Wilde. Posteriormente se casó con su enfermera de la que también se divorció.
La película está basada en el libro escrito por Jane “Hacia el infinito. Mi vida con Stephen Hawking”. Según la Jane real hay, como es lógico, aspectos de su vida que aparecen narrados en el libro y no en la película, pero ésta refleja muy bien lo que ella sintió en las distintas fases por las que pasó su vida al lado de Hawking.
“Mientras hay vida hay esperanza”, es el lema que dio fuerzas a Hawking para superar la terrible noticia de su enfermedad y la corta expectativa de vida que le dieron los médicos (solo dos años) cuando aún no había abordado siquiera su tesis doctoral en Cambridge. La enfermedad no afectó a su cerebro, por lo que decidió desde el primer momento trabajar intensamente durante el escaso tiempo de vida que le auguraban para intentar conseguir sus objetivos, esto es, intentar alcanzar una nueva comprensión del Universo, del espacio y el tiempo, superadora de las teorías anteriores.
Jane asumió por amor el reto de compartir la vida con Hawking pese a las dificultades que vendrían, y fue un apoyo fundamental para él en la vida diaria y en la tarea que le llevó a convertirse ya en los años 80 en uno de los científicos más importantes de nuestra época, superando, gracias a Jane, a la ciencia y a su determinación, las enormes limitaciones y contratiempos que le imponía la enfermedad.
La interpretación que hace el actor Eddie Redmayne de Hawking es de fábula, y también es muy buena la que hace la actriz Felicity Jones en el papel de Jane Hawking. Es uno de los elementos atractivos de esta película, junto a la historia que se narra.
En suma, una magnífica película para quienes quieran conocer más sobre esta historia de superación y apoyo que es la vida de Hawking y Jane durante veinte años de dura lucha contra unas limitaciones tan importantes (llega a perder hasta el habla y le proporcionan, como sabemos, una “voz” artificial a través de la cual poder expresarse y comunicarse con los demás).
Hawking personifica el espíritu de superación y el amor a la ciencia. Las nuevas tecnologías han sido decisivas para que lograra ir más allá de las limitaciones que la enfermedad imponía a su vida. Jane personifica el apoyo abnegado hasta el límite de sus fuerzas, un apoyo sin el cual Hawking no habría llegado donde llegó.